Me siento como si un novio muy querido me hubiera dejado, la misma sensación de vacío, de abandono: mi computadora ha muerto!! Ayer, repentinamente -bueno, ni tanto: hace tiempo venía dando pequeños "problemitas"- dejó de funcionar. Sin previo aviso, sin despedirse. Lo peor: sin darme tiempo a respaldar toda la información que contiene. Ahora no quiero pensar en que voy a perder toda la información contenida. El disco duro tiene más cosas almacenadas que yo en mi cabeza. Solo espero que sea recuperable. Ahora acabo de llamar a Apple, y hasta el martes me dirán qué puedo hacer, es decir, cuánto cubre el seguro y cuál es el siguiente paso.
Quizás no tener computadora durante un fin de semana me permita dedicarme a otras cosas que habitualmente no hago. Estar en familia, por ejemplo. Quizás solo ahora lo noto totalmente: somos dependientes de estos aparaticos, que han venido a suplir, en la función familiar, lo mismo que hace algunas décadas ya hizo la tele: interrumpir la comunicación entre los habitantes de una misma casa, llenar espacios vacíos para los cuales somos incapaces de buscarles otros contenidos. Tenemos más amigos por la computadora que con los que compartimos a diario; nos comunicamos más con los "intangibles" que con esos que podemos ir a tomar un café, un trago, o simplemente estar en un parque.
Para poner un ejemplo: desayunamos leyendo y contestando correos electrónicos y leyendo las noticias por Internet. Lo mismo puede decirse de esos horarios que alguna vez, ya no recordamos cuándo, eran llamados almuerzos y comidas. No almorzamos ni comemos con la gente que supuestamente queremos, sino con la computadora. Y por las noches, ni se diga. En lugar de hablar, o de simplemente acostarse a descansar al lado de alguien que uno quiere, estamos hasta las mil y tantas con los ojos cerrándose, escribiendo -qué es lo de menos, se trata al fin y al cabo de suplir contenidos-.
Quizás por todo eso me siento ahora tan mal -además, por supuesto, de la información cuyo destino final desconozco, si es recuperable o no todo lo que está ahí y que por falta de precaución, por flojera, por falta de tiempo, por lo que sea, no salvamos a tiempo, no pusimos a resguardo. Me siento mal porque al fin y al cabo la computadora es mi más cercana compañía, "quien" sabe más de mí, de cómo me siento, con quién me comunico, qué leo, qué escribo, qué compro, incluso hasta qué como.
Creo que me dedicaré a ordenar mi casa. A buscarle un lugar y un sentido a todo lo que ahora puebla este sitio.
Ahora, gracias a la generosidad de cierta persona, puedo escribir estas cosas. Pero pasaré un fin de semana -y quién sabe cuánto tiempo más-, sin computadora.
13 Comments:
Mi pésame.
Es cierto, la computadora llena un espacio raro en estos tiempos. Pero no quiero ni imaginarme sin ella.
Saludos,
RF
Podrías haber puesto mi nombre.
Atte.,
Cierta persona
Me atrevo a enviarle este texto de una bloguera desde Cuba. Creo que tiene que ver con sus meditaciones bicicleteras. Un saludo.
machetico, Miami.
Pedalear
¿Sabe usted lo que se siente cuando uno intenta pedalear una bicicleta que tiene la cadena oxidada, la catalina torcida y la biela trabada? Pues esa es la sensación que me aplasta por estos días. Todas mis energías, esfuerzos y deseos de hacer algo se malgastan en un mecanismo que no avanza. Por momentos tengo la impresión de que el diseño de vida al que me obligan los problemas, dificultades e ineficiencias cotidianas, responde a una intención de no dejarme levantar "vuelo", de no permitirme salir del rastrero ciclo de pedalear hasta el agotamiento.
En esta bicicleta, de la que le hablo, yo no controlo el manubrio, sino que las piedras del camino determinan el rumbo y lo único que funciona con alguna eficiencia son los frenos. La calle por donde intento avanzar está llena de señales restrictivas y en ninguna esquina mi vía tiene la preferencia.
Ya sé que sería más fácil botar la bicicleta, mudarme a un barrio de amplias calzadas bien lejos de aquí o dejar de moverme, de tener proyectos que me fatiguen y sobrecarguen las raídas gomas. Pero sucede que cierta testarudez personal y desdibujados sueños de una futura y flamante bicicleta me mantienen sobre el sillín.
Comentario de Yoani Sánchez
La Habana, 21 de junio de 2007
Al anonimo anterior: esos problemas no me son ajenos. Mi papa solia pedalear por caminos de mala muerte un monton de kilometros, casi 15, para buscar leche para mi hermana y para mi, a principios de los 90.
Saludos -y repito: prefiero cuando la gente de su nombre al saludar-
Damaris
Damaris, mi computador se ha muerto muchas veces, y resucita, y a veces estornuda aquejado de misteriosos virus y se me borra todo, o aparecen cosas borradas hace mucho tiempo y que no debían aparecer. Menos mal que el técnico es uno de nuestros mejores amigos, y viene continuamente a mirarle la lengua y las tripas a este armatoste, pero no me fío. Siempre ando grabando interminablemente lo mismo, y se acumulan discos y discos de lo repetido, como una una mezcla de uroboro y de fénix que siempre se renueva con un poquito más sobre lo ya acumulado. En fin. Espero que se te resuelva el impasse. Besos.
MI querido Pedro,
Pues yo confie demasiado en la tecnologia y no tengo respaldo de absolutamente nada. Ahora mi unica esperanza es que pueda rescatar, sin tener que quedar en la miseria mas absoluta, lo que contiene mi disco duro. Manana hare una prueba mas y ojala funcione. La proxima opcion -llevarlo a una de esas companias rescatadoras- es muy cara, y estamos en verano y sin trabajo, pobres y de familia numerosa. En fin, recurro a amigos, conocidos y gente que pasa y en eso estoy, tratando de exprimirle las entranas a mi querida Mac. Confiemos, y que recen los que saben rezar. Mientras, besos y abrazos. Damaris
oraré por ti. (Ojalá que nunca me pase...yo muchas veces almuerzo con el señor computador)
Querida I(sabel): Afortunadamente he podido rescatar toda la informacion que contenia el disco duro, que era lo que en realidad me importaba. Ahora mandare la computadora a Apple para que le pongan un nuevo disco duro -y comenzare a pensar en comprar una nueva computadora, porque las G4 salieron muy malas, todo el mundo tiene problemas con ellas-. Gracias por los buenos deseos. Saludos, Damaris
Damaris:
¿Cómo van las gestiones digitales? Espero que pronto vuelvas a hacer uso de esta ya casi indispensable parte de nosotros, o artefacto imprescindible del mundo real, que llamamos ordenador o computadora. Tengo un PC, desde el 2005 y me ha salido muy bueno, la verdad. Espero que siga así, pues, aunque es increíble lo rápido que bajan los precios, todavía siguen siendo un poco inalcanzables para un simple estudiante en la tercera ciudad más cara del mundo.
Te espero de vuelta en la red, con nueva MAC.
Ivan,
Por suerte, la recuperación de la información ya terminó y está bien resguardada -por ahora, tal vez deba decir: nunca se sabe bien-. Compré un external hard drive que me da una envidia! Tiene 320 GB y yo me conformaría con apenas 0.5 Gb para mi memoria: ni siquiera soy capaz de recordar los verbos en ruso que he aprendido hoy. En fin. Este modelo en específico salió bastante malito, según he podido averiguar.
Oye, pasando a otros temas menos digitales. ¿A qué se dedica un estudiante en la tercera ciudad más cara del mundo en las vacaciones? ¿Tienen clases, trabajas, qué haces? Bueno, ya sabes, si quieren Helena y tú caerse por acá, techo y comida no les faltará. Un beso, que estés bien. Has estado desaparecido.
Damaris
Todavía sigo anónimo.
Cierta persona
Un simple hombre alucinado, como dice Fayad Jamís, te agradece tu apoyo y espera que tu computadora se sane pronto.
Saludos,
RF
Simple hombre alucinado: lo de la computadora tendrá que esperar unos días más, creo que algo así como una semana -los de Apple se toman su tiempo!-. Pero finalmente la tendré. Contrario a lo que pensaba, no me ha ido tan mal sin computadora. Creo que incluso ha sido bueno cortar esta dependencia, o al menos, aliviarla -como se puede constatar-
Espero que estés bien. abrazos, Damaris
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