пятница, июня 15, 2007


Socialismo soviético vs socialismo alemán





En los últimos días he visto dos películas que aunque con grandes diferencias entre sí, abordan, al menos tangencialmente, el mismo tema: la vida durante un breve período de tiempo en los países que "construían" el socialismo en Europa. Se trata de Burnt by the sun -cuyo título en español desconozco, pero al menos en inglés es una traducción literal del ruso, así que podría ser en español Quemados por el sol- y The life of the others. La primera es una película rusa de 1994, que ganó varios premios en su momento: Oscar al mejor filme en lengua extranjera, en la edición 67 de los Oscares; el premio del Gran Jurado en el Festival de Cannes; y el de Selección Oficial en Toronto. El director de la película, Nikita Mikhalkov, hizo también de uno de los personajes principales dentro de la historia: el Camarada Serguei Kotov, un hombre de unos 50 y tantos años. Kotov, un héroe de la revolución bolchevique, conoce las reglas del juego. Ahora disfruta de una vida casi idílica en el campo, junto a su esposa María -Marusha- y su hija de seis años Nadia. Viven en una especie de casa de campo de la ex burguesía rusa pre revolucionaria, junto a otros familiares. Es el verano de 1936, Lenin ha muerto hace algunos años (1924) y Stalin es el líder absoluto del gobierno. La casa ha devenido una especie de residencia para artistas o algo así. Los más viejos viven añorando el pasado de glamour burgués. Aquí llega Mitia, un ex novio de Marusha, a quien había abandonado unos diez años antes. En realidad nunca sabemos bien por qué abandonó a Marusha, si fue obligado, enviado a una misión política o si fue su decisión. Pero ahora Mitia trabaja para la policía secreta de Stalin y su misión es acabar con Kotov, quien al parecer, ha caído en desgracia ante el "gran líder", pese a conocer el número directo de su oficina. El espectador sabe que Kotov sabe, que ninguno de los "procedimientos políticos" de la revolución le son ajenos. Mitia le cuenta a Kotov la misión que tiene, y éste acepta su destino. Nadie más sabe qué ocurre -o más bien, qué va a ocurrir-. La llegada de Mitia desequilibra un tanto a Marusha, quien en sus muñecas lleva las señales de un intento fallido de suicidio. Cuando Mitia le pregunta qué pasó, ella responde que no sabía que para que fuera efectivo tenía que cortarse la venas y meterse dentro de una bañera con agua para evitar la coagulación. Tampoco sabemos por qué Mitia le confiesa a Kotov el motivo de su visita. En realidad, uno sabe bastante poco de los personajes. Por ejemplo, al principio de la película, Mitia ha intentado suicidarse jugando a la ruleta rusa en el baño de su casa. Al fallar, responde al teléfono y dice que sí lo hará -obviamente: acabar con Kotov. Lo que interesa de la película, además de la maravillosa actuación de Nadia, la niñita de seis años, es el cuadro general que nos da de esos años del socialismo en la Unión Soviética: estar o no estar, vivir o no vivir depende de la voluntad de los que tienen el poder directamente. Al final de la película, Mitia se suicida, cortándose las venas dentro de la bañera de su apartamento en Moscú. Tras ser ejecutado Kotov -no sabemos cómo-, Marusha y Nadia son enviadas a campos de concentración. Marusha muere a los pocos años, pero Nadia sobrevive. En 1953 los tres fueron rehabilitados o exonerados de los cargos que se les imputaron, después del 20 Congreso del PCUS, en un intento hecho por Nikita Khruschev para intentar revertir el daño causado por Stalin.
Respecto a la película, Mikhalkov ha dicho:
"With this film, I am not looking to judge an era, I am only trying to show through a tragic perspective, the charm of a simple existence: of children continuing to be born, of people loving each other, living their life's moments, and having faith that all that was happening around them was for the best. People cannot be blamed for believing, but one can blame those who misled them. How can one accuse someone of stealing his own life? These are the reasons I have tried to understand this era. I am trying to say that we have all been victims and actors of what has happened, victims of what we created".





La segunda película, The life of the others, la vi apenas hace dos días. Es, sencillamente, una película magnífica. Narrativamente situada en 1984, cuenta la historia de una pareja de artistas: un dramaturgo y su novia actriz, que viven y trabajan en la República Democrática Alemana y cómo por el encaprichamiento de un ministro con Christa-Maria Sieland, la muchacha, el director y escritor de teatro, Georg Dreyman, es vigilado y perseguido para aniquilarlo y sacarlo del medio. La película fue estrenada en el 2006, y estuvo escrita y dirigida por Florian Henckel von Donnersmarck. Da cuenta del sistema de vigilancia secreta y persecusión que podían sufrir las personas en la Alemania comunista. Cuando uno ve la película, o al menos cuando yo la vi, no pude dejar de preguntarme si el asunto ha sido realmente tan cruel, tan inhumano. La Stasi -policía secreta- cablea todo el apartamento de Dreyman para grabar sus conversaciones. Pero el encargado de la vigilancia, Gerd Wiesler, un profesor de técnicas de espionaje, va transformándose durante la misión. Poco a poco va adquiriendo una nueva mirada hacia todo: hacia los otros, hacia el sistema político, hacia su jefe e incluso, hacia el ministro, quien por tener a una mujer es capaz de querer aniquilar a un hombre. Hay un fragmento que a mi parecer es el más significativo: Albert Jerska, un viejo dramaturgo venido a menos desde hace casi una década por haber entrado a formar parte de la lista negra del régimen, se suicida. Dreyman recibe la noticia por teléfono y va al piano y comienza a tocar una partitura que había recibido de su amigo el día de su cumpleaños: Sonata por un buen hombre (compuesta por Gabriel Yared especialmente para la película). En ese momento, Dreyman le dice a Christa-Maria que Lenin había dicho en algún momento que si hubiera seguido escuchando la Appassionata, de Bethoven, no hubiera podido hacer la revolución. En otro momento, Wiesler está leyendo en voz alta un fragmento de un poema de Brecht, Recuerdo de Marie A, de un libro que se había llevado del apartamento de Dreyman y que antes había estado leyendo Jerska. Incluso, llora. A partir de entonces ya no es el mismo.
Poco a poco, Wiesler deja de hacer reportes verídicos y empieza a crear otra historia para Dreyman y sus amigos, quienes incluso llegan a pensar que el apartamento está "limpio". Así, la vida de Wiesler -vacía, solitaria y muy triste- va cambiando hasta llegar a tener la misión de proteger a Dreyman. Luego de la muerte de Jerska, Dreyman escribe un artículo para una revista de Berlín occidental sobre la tasa de suicidios en Alemania Democrática y cómo el gobierno había decidido, años atrás, dejar de contar los suicidios. Pero Christa-Maria comete dos errores: el primero, rechazar al ministro, quien entonces se dedica a perseguirla para poder "cogerla" en algo. Y lo logra. La chica compraba y abusaba de medicinas controladas. Es detenida y lleva al centro de interrogación. Pero antes había cometido un segundo error: ver el escóndite de la máquina de escribir con la que Dreyman había escrito el artículo para la revista. En el centro de interrogación, utilizará esta información para lograr salvarse. Ya hay sospechas sobre Wiesler, y es llamado para interrogar a Christa-Maria. En la interrogación, ella confiesa el lugar secreto donde estaba la máquina de escribir. Pero Wiesler se adelanta a la Stasi y la saca de su escondite. Cuando llega la secreta, ya no hay evidencia. Pero Christa, sintiéndose culpable y sin saber que la máquina no estaba en su sitio, arranca a correr y se suicida tirándose frente a un camión.
Resumiendo -porque ya me parezco a mi hermana, que cuando se ponía a contarte una película resultaba más tardado que la propia película-: al final ya se ha caído el muro de Berlín y han pasado algunos años. Dreyman se entera que sí había estado vigilado y descubre quién lo había salvado. Hubo un momento, cuando va en busca de Wiesler y lo ve de lejos, en que yo pensé que se iba a echar a perder la película, pero por fortuna, no ocurrió: Dreyman nunca llega hasta Wiesler, sólo se limita a verlo de lejos. Dos años después, publica una novela, Sonata por un buen hombre, dedicada al agente de la Stasi que lo había salvado.

En fin, se trata de dos películas muy buenas, alejadas de cualquier vínculo con el panfleto o el maniqueo fácil. Son historias de seres humanos, sus amores, sus destinos, su fe, sus transformaciones, todo eso encuadrado en sistemas represivos y aplastantes.





3 Comments:

Blogger Jaime Hip Hidalgo said...

Hola Damaris:
Espero que estes bien, y te dejo esta invitacion.
un beso


Me invitó mi amiga María Inés Beltrán a participar en este especie de juego, que de juego, poco tendrá, pero que parece interesante.

Bases y condiciones:
1.- Cada jugador cuenta 8 cosas de sí mismo.
2.- Además de las 8 cosas tiene que escribir en su blog las reglas.
3.- Por último tiene que seleccionar a otras 8 personas y escribir sus nombres/blog-

Por supuesto, no hay que olvidar dejarles un comentario avisando que han sido seleccionadas para este juego.

Invito a:

Cristian http://epigrafeparaunlibrocondenado.blogspot.com
Banchi
http://yzh.blogspot.com
Ana Maria
http://aguaenelagua.blogspot.com
Marcela
www.mujermeg.blogspot.com
Damaris
www.dpalpizar.blogspot.com
Paloma
www.paloma.cl
Jose Miguel
www.pampino.blogspot.com
Anais
www.ideariodeanais.blogspot.com

7:49 AM  
Blogger NG la Banda said...

Si no has visto la película cubana Monte Rouge te la recomiendo. Viene a ser la versión tropical y jodedora de la vida de otros. Un saludo

1:38 PM  
Blogger Juana la loca said...

Oye, Ng La banda: ya vi Monte Rouge y me parecio muy buena. Lo que me parece increible es que haya sido producida en Cuba. Pero bueno, creo que sera uno de los grandes misterios sin resolver. Un saludo. Luego paso por tu blog. Damaris

7:04 AM  

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